
La palabra cuidador tiene diferentes acepciones:
Y podríamos quedarnos simplemente con la etimología de la palabra para hacer una definición que se adaptaría más a nuestra concepción actual del rol de “cuidar”.
El cuidador es la persona que de forma conjunta y global hace avanzar, lleva adelante, actúa, trata y acompaña. En nuestro caso formamos un equipo de personas que compartimos unos valores, disponemos de una experiencia y formación que a través de unas buenas prácticas llegamos a conseguir un objetivo común.
Respecto a las funciones que realizan nombraremos las que nos marca el convenio colectivo actual
Es el personal que, bajo la dependencia de la dirección del centro o persona que se determine, tiene como función principal la de asistir y cuidar a las personas usuarias en las actividades de la vida diaria que no puedan realizar por sí mismas y efectuar aquellos trabajos encaminados a su atención personal y de su entorno.
Guardará absoluto silencio sobre los procesos patológicos que sufran las personas usuarias, así como cualquier asunto referente a su intimidad, y siempre actuará en coordinación y bajo la responsabilidad de profesionales de quienes dependan directamente.
Entre otras, sus funciones son:
En general, todas aquellas actividades que no habiéndose especificado antes le sean encomendadas y siempre que estén incluidas en el ejercicio de su profesión y preparación.
Esta lista que parece muy extensa y completa no es ni una cuarta parte de las tareas que realiza realmente el/la Gerocultor/a y están contempladas desde una vieja cultura de atención asistencial donde el cuidador se ocupa de cuestiones como proporcionar un entorno, seguro y satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, vestir, higiene, acompañamiento, etc.) y ofrecer asistencia física de forma competente.
Actualmente tenemos una nueva visión de lo que debe ser la atención a las personas tengan o no demencia. Basándonos en “La atención Centrada en la Persona” entendemos que la asistencia debe ocuparse principalmente de mantener y mejorar la condición de persona. Proporcionar un entorno seguro, satisfacer las necesidades básicas y ofrecer asistencia , siempre considerando la singularidad de cada persona comprometiéndonos a tender sus necesidades psicológicas para mantener el bienestar personal en su vida cotidiana. ( Tom Kitwod, 1997. Repensant la demencia).
En las Residencias del Grup Atlàntida apostamos por la excelencia para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, independientemente de su nivel de dependencia. Para ello contamos con un equipo humano formado por más de 120 personas que con su preparación y formación en patologías tan diferentes como el Alzheimer, el Parkinson, las enfermedades vasculares o trastornos de origen traumático pueden dar una atención integral y personalizada a nuestros residentes.
El pilar fundamental de nuestros centros es la calidad tanto profesional como humana de nuestros profesionales, pero fundamentalmente del personal cuidador. Las/os auxiliares son las personas que están mas cerca de los residentes y hacen que su estancia en nuestras residencias sea una grata experiencia.
La calidad de los servicios es lo que nos permite ofrecer una asistencia que supera la media de los estándares del resto de operadores en el sector.
Olga Olivar
Directora – Residències Grup Atlàntida