La vejez, con frecuencia, tiene un impacto importante en la boca. No sólo porque sea una consecuencia de la edad, sino porque es el resultado del estilo de vida que la persona ha llevado a lo largo de los años, del tipo de alimentación, de las rutinas de higiene bucal, del consumo de tabaco o la ingesta excesiva de alcohol… Pero también es cierto que existen problemas consustanciales con la edad, como la pérdida de dientes, su desgaste o su oscurecimiento.
El sistema bucodental –formado por los dientes, pero también por toda la cavidad oral con todos sus nervios y músculos, como la lengua– es básico para muchas acciones de la vida. Nos permite alimentarnos, nos permite respirar y hablar. Pero también nos confiere rasgos estéticos básicos de nuestra cara. Y por eso hay que cuidarlo siempre y, más aún, en la tercera edad. Porque se ha demostrado también que varios problemas del sistema bucodental están relacionados con determinadas enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cerebrales, entre otras.
Las enfermedades más comunes
Las enfermedades orales más frecuentes entre las personas mayores son:
- Caries dental. No es exclusiva de la gente mayor, pero sí puede tener un impacto importante en la vejez, favorecida por un aumento del consumo de azúcar y alimentos dulces. Aparte de tratarla -con empastes-, también hay que prevenirla con un control de la placa, un control de la dieta y una adecuada higiene bucodental.
- Enfermedad periodontal. Consiste en la pérdida de los dientes. Como en el caso anterior, un correcto tratamiento preventivo es lo mejor para evitarla.
- Xerostomía. También se conoce como boca seca, debido a la disminución de la salivación. Puede producir dificultad para deglutir (disfagia), para hablar (disfonía) o alteración del gusto (disgeusia). Algunos fármacos -como los antidepresivos- pueden agravar el problema.
- Candidiasis orales. Conocidas popularmente como hongos. A menudo causadas por algunos factores alimenticios, como la carencia de vitaminas o de hierro. En este caso, es necesario extremar la higiene, sobre todo si el paciente lleva una prótesis dental
Para prevenir todo esto, es básico que las personas mayores acudan a menudo y de forma periódica al odontólogo, no sólo cuando detectan un problema en la boca. A ser posible, de forma semestral, porque el cuidado dental mejora la calidad de vida y contribuye a un mayor bienestar físico y mental.
Pautas de higiene
El mejor sistema preventivo es mantener siempre una buena higiene oral diaria que incluya estas rutinas:
- Cepillar los dientes con pasta fluorada después de cada comida o al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche.
- El cepillado debe durar entre dos y tres minutos y debe incluir las encías y la lengua. Debe complementarse con hilo dental y algún colutorio.
- Si se lleva una prótesis, limpiarla con cuidado después de cada comida.
Una buena higiene también ayuda a disminuir el mal aliento, la halitosis que preocupa a muchos pacientes.