La mayoría de las personas mayores presentan dolor, la prevalencia se sitúa entre el 68% y el 73%. El dolor incapacita a las personas, las hace tener importantes limitaciones y hace que vean disminuida su calidad de vida. Hay diferentes factores físicos, psicológicos, emocionales y espirituales que lo condicionan.
Existen factores de alto riesgo para el dolor, que están presentes en las personas mayores y que se tienen que tener en cuenta. Podríamos destacar: las enfermedades crónicas (artritis, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis,…), las barreras de comunicación (demencias, afasias, idioma…), las deficiencias neurológicas, neuropatías, medicación que altera la sensibilidad, crisis emocionales, atrofias, dolor iatrogénico.
El dolor en las personas mayores puede estar enmascarando alteraciones psicológicas o de comportamiento. El papel de la enfermera es fundamental en este tema. Una parte importante de nuestro trabajo es la valoración del dolor, puesto que hay un componente subjetivo muy importante. Al existir diferentes escaleras para medirlo, unas por profesionales y otras por las propias personas, es importante unificar los criterios de medida. Otro aspecto importante a tener en cuenta es la valoración de los comportamientos dolorosos, como por ejemplo las expresiones faciales.
Aparte de valorar el tipo y grado de dolor que presenta la persona, la enfermera también puede llevar a cabo diferentes actividades y/o tratamientos:
- Determinar el horario de más frecuente aparición del dolor con objeto de prever su aparición y administrar así la analgesia de forma individualizada y conseguir que la persona no tenga dolor en las 24 horas del día.
- Asesoramiento al resto del equipo interdisciplinar en cuanto a la forma de tratar a la persona: cómo mobilizarlo, mantener el contacto físico, proporcionar medidas de comfort, buscar actividades de distracción, disminuir la ansiedad,…
- Puede ofrecer a la persona la información que le haga falta, dejar que exponga sus dudas, utilizar otras técnicas como la relajación o la visualización y ofrecer si le es posible otras como los masajes, las técnicas de estimulación cutáneas o la reflexoterapia.
El personal de enfermería tiene los medios farmacológicos y no farmacológicos para disminuir el dolor de las personas mayores y los tiene que utilizar. Nuestro objetivo es el bienestar de la persona. La calidad de vida es importante en estos últimos años de vida.
Montse Geanini
Equipo de enfermería de Mas d’Anglí