El cuidado de la salud mental suele ser uno de los aspectos más complejos de tratar en el colectivo de las personas mayores porque a menudo se yuxtaponen enfermedades sobrevenidas con la edad a desórdenes que, eventualmente, ya llevan un largo recorrido. Y un escenario como la pandemia por el coronavirus causante de la Covid-19 no augura nada bueno en este sentido.
El aislamiento social -si no es voluntario- ya es para todos una medida extrema, y más si se alarga en el tiempo y con la amenaza perpetua de volverlo a implantar en cualquier momento. Para nadie es fácil, pero aún lo es menos para las personas mayores. Para ellas, las rutinas marcan el ritmo de su vida y estas rutinas, incluidas las relativas a la interacción social, son fundamentales para mantener una buena salud mental.
La salud un agravante
Por ello, en estos momentos de máxima duda, hay que prestar atención a la salud mental de las personas mayores. Demasiado a menudo nuestros abuelos tienen la soledad por compañera y el confinamiento puede agravar la situación. Porque la soledad puede ser el detonante de muchas enfermedades mentales pero, además, aparece siempre como agravante de los desórdenes que ya estaban presentes.
Para evitarlo, es conveniente mantener en la medida de lo posible las rutinas habituales y buscar fórmulas que nos permitan que la persona mayor no pierda el contacto con la gente de su entorno. A través de videoconferencias, por ejemplo, se pueden organizar visitas virtuales con los familiares.
Los problemas de salud mental más comunes entre las personas mayores son la depresión y la ansiedad, además de varias formas de demencia (con el Alzheimer como la más habitual). Según las cifras que proporciona la Organización Mundial de la Salud, más del 20% de las personas mayores de 60 años sufren algún tipo de trastorno mental o neural.
La salud mental se define como un estado completo, que incluye el bienestar físico, mental y social. Es decir, que no es sólo la ausencia de enfermedades lo que afecta nuestra salud, sino que también necesitamos tener un estado de equilibrio en todas las facetas de nuestra vida.
Señales de alerta
Muchas personas corren el riesgo de empezar a tener problemas de salud mental cuando envejecen, pero eso no quiere decir que sea normal. Al contrario. Y hay que estar atentos a varias señales que nos pueden dar la pista de que algo está pasando:
-alteración del estado de ánimo
-trastornos del sueño
-aislamiento de su entorno social
-cambios en la alimentación
-confusión y pérdidas de memoria
-miedos y preocupaciones poco o nada fundadas
-irritabilidad y agresividad.
Por ello, es importante mantener las rutinas diarias y combatir el aislamiento forzado, tomar medidas para que esta soledad no perjudique aún más la gente mayor. Porque los momentos de diversión y distensión y la vida social son uno de los elementos que nos ayudarán en la salud mental de los abuelos y abuelas.
También es recomendable mantenerse activo y hacer ejercicio adaptado a las características de cada uno, descansar y comer bien y aprender a relajarse.