Ofrecer soporte emocional significa facilitar las herramientas psíquicas para que la persona pueda mantener cierto equilibrio emocional frente a situaciones difíciles de procesar.
Debido a la situación y el cambio de rutinas que estamos experimentando, lo primero que debemos tener en cuenta es que una situación no es traumática para todo el mundo, por más dramática que sea. Es necesario valorar sí lo es, para esa persona, en ese momento, antes de suponer que necesitará soporte emocional. En ocasiones, confundimos la necesidad de soporte emocional con la necesidad de satisfacción de otras cuestiones más concretas. Es decir que antes de brindar el soporte, debemos escuchar y observar para determinar en qué medida y en que aspectos una situación como esta puede generar inestabilidad emocional y malestar, o no.
¿Cuando es necesario el soporte emocional?
El soporte emocional es necesario cuando la persona lo solicita directamente (pedido de compañía, manifestaciones de tristeza, etc.) es decir que en ocasiones, las persona a las que atendemos lo solicitan de manera fácil de entender. Pero también es muy necesario cuando nos encontramos con manifestaciones más difíciles de descifrar para nosotros. Por ejemplo, cuando una persona tiene un estallido de ira, cuando está más demandante de la cuenta, cuando se enfada, y un largo etc dado la singularidad de las personas.
Es conveniente entender el soporte emocional como una herramienta a utilizar cuando una persona se desregula a nivel emocional, es decir, cuando los canales que utiliza habitualmente para mantener la estabilidad, por alguna razón no son efectivos, y sobreviene una manifestación emocional que requiere de ayuda para encauzarse. Debemos tener claro que los episodios agudos (estallidos de ira, de tristeza, conductas impulsivas, repetitivas o la simple verbalización de una estado de angustia, etc.) generan sufrimiento y malestar en esa persona. El objetivo del soporte emocional será ayudar a restablecer los mecanismos con los que cuenta esa persona para regularse y mantenerse estable.
La comunicación, una herramienta clave
La herramienta fundamental con la que contamos para realizar soporte emocional es la comunicación y debemos utilizarla según las particularidades de cada persona :
- Personas con deterioro cognitivo:
Aún en los casos en los que no cuentan con lenguaje verbal, se observa que se puede reconducir una situación con el acto de hablar, aunque no haya comprensión. En estos casos lo que genera el soporte emocional, es el hábito de hablar: el ritmo, el tono, la mirada, los gestos. Esto ocurre porque a lo largo de su evolución, los seres humanos contamos con el lenguaje para mantener la estabilidad, y para poder arreglarnos con la realidad, y básicamente es lo que nos da estatuto de sujetos. Por esta razón es necesario dar algún tipo de explicaciones acerca de los cambios que se experimentarán en sus rutinas, aunque estas personas no lo recuerden, pero si perciben y valoran la honestidad en el vínculo asistencial. Esto les da confianza, y por lo tanto se favorece la estabilidad emocional.
El soporte emocional en este tipo de personas se logra también con una manipulación corporal que genere orientación. Es necesario realizar estas manipulaciones del cuerpo de manera organizada y orientadora. Para estos casos se sugiere consultar al servicio de Psicología y Terapia Ocupacional para trabajar conceptos de Estimulación Basal.
Debemos habituarnos a la previa observación de la persona antes de dar algún tipo de respuesta.
- Personas con deterioro leve o sin deterioro:
Estas personas mantienen la capacidad de expresarse a nivel emocional. Por esta razón la escucha es la herramienta principal para brindar soporte emocional. Lo que escuchemos debe ser la guía para encontrar palabras que los ayuden a encauzar sus emociones. Además la actitud pasiva de escuchar, mirando a los ojos, aunque no podamos dar una respuesta, favorece la calma.
Para que estas personas se mantengan estables es fundamental que sus rutinas cambien lo menos posible, y de haber cambios es fundamental acordarlos con ellos, darles voz y voto implica tenerlos en cuenta como sujetos, este hecho es fundamental para que una persona se mantenga estable a nivel emocional.
Es necesario procurar un buen grado de satisfacción en la asistencia, pero también graduar las demandas dentro del criterio de realidad, es decir, que ellos sepan con qué recursos cuentan, que demandas son posibles de cumplir, cuales no y porque. (Repito: la honestidad en el vínculo asistencial genera confianza y estabilidad emocional). La contención de demandas desreguladas o fuera de la realidad, también pueden considerarse soporte emocional. Para este tipo de soporte, se sugiere la previa consulta con el servicio de psicología, dado que se requiere de una valoración exhaustiva de la posición de cada sujeto, frente a la relación asistencial, y acompañamiento.
Estas personas en general valoran mucho que se valide su discurso, es decir, sentirse escuchados y comprendidos en su demanda, más allá de las respuestas posibles.
Debido a las nuevas normas, los familiares no pueden tener el contacto habitual ni cotidiano con los residentes. Este hecho genera mucha angustia y preocupación en familiares, e inevitablemente algo de este estado emocional familiar se transmite a los residentes.
Es necesario informar al servicio de psicología cuando se observe esta situación, para organizar intervenciones singulares en cada caso a nivel familiar y del residente.
El Servicio de Psicología queda a vuestra disposición para cualquier consulta.
Paula Lagleyze
Psicóloga
Col. 15.650