A menudo se habla de demencia y cuando encontramos una sintomatología que le corresponde, no pensamos en otras posibilidades. Lo cierto es que existe un síndrome que es importante conocer y que representa un trastorno grave, habitualmente reversible pero que se asocia a una alta morbilidad. Hablamos del síndrome confusional agudo, conocido también como delirium.
Si bien, el paciente con demencia puede presentar un riesgo elevado de presentar este síndrome, debemos tener en cuenta, qué es una cosa y qué es la otra.
En primer lugar, los criterios diagnósticos del delirium, siguiendo el DSM-IV-TR, son:
- Una alteración de la conciencia y una reducción de la habilidad para focalizar, mantener o redirigir la atención.
- Cambios en la cognición (tales como el déficit de la memoria, desorientación o trastorno del lenguaje) o desarrollo de trastornos de la percepción, no atribuibles a un proceso demencial previo en evolución.
- El trastorno se desarrolla en un corto período de tiempo (habitualmente días u horas) y la sintomatología fluctúa durante el transcurso del día.
- Evidencia por la historia, el examen físico o los exámenes complementarios de los que el trastorno es consecuencia fisiopatológica directa de una enfermedad sistémica, intoxicación, efecto de los fármacos o por más de una causa.
Ahora bien; ¿cuáles son las diferencias más significativas con la demencia? ¿Cuál es exactamente su diagnóstico diferencial?
El delirium tiene un inicio brusco, es una enfermedad aguda, que raramente dura más de un mes y generalmente es reversible. Por el contrario, la demencia, comienza de forma gradual, es una enfermedad crónica, progresiva, con una duración de años y que generalmente es irreversible.
En cuanto a la desorientación, en el síndrome confusional agudo se presenta de forma precoz, mientras que en la demencia se presenta en una fase más avanzada de la enfermedad. La variabilidad conductual también cambia, ya que durante el delirium se dan cambios de hora en hora o muy seguidos y en la demencia es más habitual que el cambio sea de un día para otro (siempre y cuando no aparezca un delirium) .
Por otro lado, el nivel de conciencia está muy alterado y es bastante cambiante en el delirium y hay más alteraciones de la atención, lo que no ocurre en la demencia. Del mismo modo la alteración del ciclo sueño-vigília durante el día es más frecuente en el síndrome confusional agudo.
Por último hay que decir que en el delirium existen alteraciones fisiológicas más destacadas y también más cambios psicomotores. Las alteraciones psicomotoras en la demencia aparecen más tarde.
En las Residencias del Grup Atlàntida, tenemos muy presente la importancia del asesoramiento. Cuando existe un caso de estas características a menudo los familiares se angustian y buscan respuestas a la desazón que producen este tipo de enfermedades. El caso de la señora A, es uno de ellos, que ingresó con la sintomatología descrita, sin que sus hijos supieran que le estaba pasando. Ellos mismos podían decir que tan sólo cuatro días antes del ingreso estaban todos de celebración y que la madre de un día para otro empezó a presentar alteraciones y cambios que no entendían. Hay que decir que la madre se recuperó y ahora asiste a centro de día, para realizar actividades que la estimulen cognitivamente y para favorecer la relación social.
Dar este tipo de información y despejar dudas, es relevante para entender ciertas problemáticas que giran en torno a la avanzada edad. Este síndrome se da de manera frecuente y a menudo la gente lo conoce poco. Pensamos que aunque puede darse durante la demencia, es diferente y afortunadamente es reversible.
Núria Costa
Psicóloga Mas Piteu