Construir un entorno cómodo y tranquilo, fomentar la actividad relacional y contar con una atención personalizada son algunos de los puntos claves para garantizar la mejor calidad de vida de los residentes.
Las residencias son espacios diseñados para ofrecer un entorno seguro y acogedor que promueva el bienestar físico y emocional de sus usuarios. La atención personalizada que brindan los profesionales de estos centros –formados por equipos interdisciplinarios que incluyen médicos, enfermeros, psicólogos, terapeutas y fisioterapeutas– es fundamental para facilitar la mejor adaptación de cada persona a su nuevo hogar.
Es muy importante, explica Marcos Sández, educador social de la Residencia Maragall de Atlàntida, construir un ambiente saludable que fomente la vida social, y que a su vez priorice la comodidad de las personas residentes.
Estos son algunos consejos que pueden contribuir a crear un entorno seguro y reconfortante en una residencia.
La calma y la tranquilidad son esenciales para generar una dinámica saludable en una residencia. Un espacio que permita a las personas mayores mantener sus rutinas diarias y realizar aquellas actividades con las que se sienten más cómodos favorece un entorno de relajación general y proporciona más seguridad y estabilidad.
Desde el punto de vista del diseño, incorporar vegetación, áreas de relación, zonas comunes, música ambiental, iluminación suave y espacios abiertos al exterior puede contribuir positivamente a lograr este propósito. Estos elementos contribuyen a crear un ambiente más relajado y calmado que garantice el bienestar físico y emocional de los pacientes.
Ingresar en una residencia puede suponer un cambio significativo en la vida del usuario, y es por eso que es fundamental que cada residente sienta que sus necesidades están plenamente atendidas, tanto las básicas como aquellas relacionadas con la actividad y el ocio.
El entorno del centro debe permitir mantener su autonomía y realizar actividades que les resulten familiares, sin sentirse obligados a adaptarse a rutinas ajenas a las que no están acostumbrados. Para hacer de su estancia lo más satisfactoria posible, se recomienda contar con espacios accesibles de fácil movilidad, con colores cálidos y relajantes, e incorporar objetos personales que transmitan familiaridad y comodidad.
La luz natural y el acceso al aire libre son factores clave a la hora de conseguir un ambiente más saludable, aportando calidez y confort a las instalaciones de la residencia.
En esta línea, Marcos Sández resalta los beneficios del contacto de los pacientes con espacios abiertos como ventanales, jardines o terrazas, donde pueden tomar el aire y estar en contacto con la naturaleza. Además, siempre que su estado de salud lo permita, salir al exterior y relacionarse con su entorno inmediato tiene un efecto muy positivo en su estado emocional.
El bienestar emocional es igual de importante que el físico en el cuidado de las personas mayores. En este sentido, el contacto emocional y los lazos afectivos que se crean entre usuarios y profesionales son la base para generar un ambiente cálido y acogedor.
Las actividades grupales y los espacios de socialización fortalecen la red social y los vínculos personales, favoreciendo la tranquilidad ambiental y la estabilidad mental de las personas dentro de la residencia.
Las instalaciones de la residencia están destinadas a proporcionar reposo y confort, dando valor a las necesidades y las preferencias de cada residente para crear un entorno más cercano y reconfortante.
La Residencia Maragall y los centros residenciales del Grupo Atlàntida cuentan con espacios diferenciados para la actividad y el descanso –con salas de estar con sofás, butacas y otros elementos confortables–, una distribución que ayuda a preservar el equilibrio y la tranquilidad colectiva.
Los cuidados y la atención sanitaria personalizada que ofrece el equipo profesional de las residencias acompañan en todo momento a los usuarios, a través de seguimientos diarios y semanales en forma de diálogos individuales, actividades o simulaciones sensoriales.
Esto permite tener una rutina y un día a día más agradable, y que las personas mayores no solo cuenten con una atención sanitaria garantizada, sino también con una vida plena y saludable en su nuevo hogar.
Atlàntida ofrece una variedad de centros residenciales ideados con el propósito de crear lugares seguros, reconfortantes y cómodos en los que vivir plenamente. Destaca su atención personalizada, que garantiza un servicio diferencial y adecuado para asegurar la mejor calidad de vida de sus residentes.
