Tratar de mantenerse activos físicamente es una de las principales recomendaciones que los médicos hacen a sus pacientes cuando encaran la vejez. Cuando llegan a aquella edad en la que la perspectiva de jubilarse del trabajo y de otras obligaciones familiares se traduce en el riesgo de sentarse horas y horas en el sofá sin hacer mucho. Pero ahora un reciente estudio médico publicado en la revista PNAS pone de manifiesto que sentarse no es el problema: la cuestión es que se hace mientras se está sentado. Porque mientras estás sentado se puede seguir entrenando el cerebro.
En este estudio, a lo largo de una década varias universidades estadounidenses han realizado un seguimiento de más de 150.000 personas desde que tenían de media 65 años. En ese lapso de tiempo, a 3.500 de ellas -el 2,5%- les diagnosticaron algún tipo de demencia. Son cifras que entran dentro de la normalidad y que demuestran, una vez más, que realizar actividad física de forma habitual mitiga los impactos de la vejez sobre la salud mental.
No todos los sedentarismos son iguales
Pero la clave de vuelta del estudio es una pregunta aparentemente simple: en las horas de sedentarismo, ¿mira el televisor o usa el ordenador? Y las respuestas han servido para apuntar una nueva hipótesis: no todos los sedentarismos son iguales. Los responsables del estudio han observado que, cuando se permanece mucho tiempo sentado frente al televisor, el riesgo de sufrir demencia sube hasta el 40%. En cambio, si este tiempo se dedica a utilizar el ordenador el porcentaje baja hasta el 20%.
La conclusión está clara: aunque sea sentado, el ordenador activa el cerebro y, en cambio, el televisor es el paradigma de pasividad. Los autores del estudio admiten que todavía no saben por qué el ordenador es mejor que el televisor, pero apuntan a una posibilidad: el ordenador es más exigente, porque debemos interactuar con él, mientras que el televisor es sólo un emisor , una caja tonta, como se decía no hace muchos años. Teniendo en cuenta el alargamiento de la esperanza de vida, puede ser bueno saber que existe un sedentarismo más beneficioso que otro cuando llegamos a la vejez.
La píldora del deporte
En cualquier caso, lo que sí está plenamente demostrado es la relación entre la actividad física y un mejor estado de salud. En todas las épocas de la vida, pero especialmente en la vejez. Mantenerse activo, aunque sea modestamente, contribuye a gozar de una mejor calidad de vida cuando nos hacemos mayores. Ayuda a ralentizar determinadas enfermedades consustanciales a la edad.
Recientemente, en Reino Unido han puesto en marcha una experiencia entre los médicos de la atención primaria para recetar precisamente eso: hacer deporte. El problema es que el deporte no es una pastilla y requiere cierta disciplina, pero quizá sea más fácil de mantener si se tiene en cuenta que reduce el riesgo de mortalidad en general y, en particular, las cardiopatías isquémicas, las enfermedades cerebrovasculares y la hipertensión, entre otras muchas cosas.
Aquí cabe decir que España es el cuarto estado de Europa en personas sedentarias, con un 15%. La media de actividad supera por poco a las 5 horas a la semana, mientras que en el conjunto del continente está por encima de las 6 horas.