En nuestra sociedad, la vejez muy a menudo es considerada como un inconveniente de cara al buen funcionamiento y el progreso social, sin tener en cuenta que es una etapa más de la vida, por la que todo el mundo tendrá que pasar tarde o temprano. Esta etapa puede ser más o menos larga, básicamente en función de las condiciones en que llegamos y de la actitud con que lo afrontamos.
Los avances de la medicina y de la nutrición y la adopción de hábitos más sanos, como la práctica de ejercicio físico, la disminución del consumo de productos nocivos como el tabaco o el alcohol, está teniendo como consecuencia un crecimiento en la esperanza de vida. Solemos resumir coloquialmente esta situación diciendo que en general «nos cuidamos más».
Sin embargo, existe una percepción social peyorativa de la vejez, conocida como edadismo.
El edadismo es considerado un tipo de maltrato y hace referencia a todos los comportamientos inadecuados y prejuicios hacia las personas mayores. De hecho, se señala como la tercera gran forma de discriminación en nuestra sociedad por detrás del racismo y el sexismo.
Algunos ejemplos
El paternalismo, la infantilización de las personas mayores en diferentes ámbitos, la marginación y la invisibilización de las aportaciones de las personas mayores en la sociedad son algunas de las principales discriminaciones por edadismo que se dan en nuestro país. Pero hay muchas situaciones cotidianas en las que practicamos esta discriminación casi sin ser conscientes como cuando:
- Hablamos con diminutivos a la gente mayor.
- Utilizamos la palabra «viejo/a» como un insulto.
- Damos por hecho cuáles son las necesidades de las personas mayores.
- Quitamos importancia a la tristeza de la gente mayor.
- Damos por hecho que no entienden de qué hablamos.
- Negamos sus capacidades de aprendizaje.
- Gritamos cuando les hablamos.
Esta percepción negativa incluye estereotipos y prejuicios como enfermedad, dependencia, deterioro físico y cognitivo, pérdida de la belleza facial y corporal, inutilidad, etc., que muchas veces no se corresponden con la realidad.
Algunos mitos y realidades sobre la vejez
Mitos | Realidades |
Todas las personas mayores se parecen. | Las personas mayores son muy diversas. |
Están enfermas, son frágiles y dependen de otras personas. | La mayoría viven de manera independiente. |
Están socialmente aisladas. | La mayoría mantienen contacto directo y cercano con familiares. |
La mayoría tienen algún grado de deterioro cognitivo. | En general, si hay algún deterioro cognitivo, no es suficientemente importante como para alterar las actividades diarias. |
Están deprimidas. | Las personas que viven en comunidad presentan porcentajes menores de depresión que otros grupos de edad. |
Se vuelven difíciles de tratar y son más rígidos. | La personalidad se mantiene relativamente consistente durante todo el ciclo vital. |
No afrontan el declive que supone el envejecimiento. | La mayoría se ajustan con éxito a los desafíos vitales. |
Las personas mayores estan limitadas para trabajar. | Las personas mayores que trabajan desarrollan su labor igual o mejor que otros grupos de edad. |
¿Qué consecuencias tiene el edadismo?
Para las personas mayores, la infravaloración de sus capacidades físicas y mentales puede favorecer una pérdida prematura de la independencia, una mayor discapacidad, un aumento de la depresión y una mortalidad avanzada en comparación con las personas que, en otras condiciones, mantuvieran una vida productiva, satisfactoria y saludable. Según una investigación reciente, las personas con percepción positiva del envejecimiento viven hasta 7,5 años más que las personas que no tienen una imagen positiva de la vejez, y estas diferencias se mantienen incluso cuando se controlan variables como la salud funcional, el nivel socioeconómico y el aislamiento.
Muchas gracias por compartir este contenido sobre el edadismo. Sin duda es muy triste ver como todavía discriminamos a las personas. Tenemos que respetarnos entre todos
Nos alegra que te haya gustado este contenido.