Viajar es sinónimo de enriquecimiento. Conocer otros lugares, culturas y lenguas nos aporta conocimiento y nos hace más ricos en experiencias. Nos ayuda a mantener la mente despierta y el cuerpo activo, dos de las cualidades que son deseables a cualquier edad, pero más aún cuando nos hacemos mayores. Porque significan que disfrutamos de un envejecimiento activo que nos puede ayudar a poner vida a los años.
Por tanto, viajar es una actividad muy recomendable durante la tercera edad. Con las precauciones necesarias, en función de las capacidades físicas y psíquicas de cada uno, pero sin renunciar a nada. Además, hay otro factor que puede facilitar un poco más las cosas durante la tercera edad: la desestacionalización. Poder viajar en cualquier momento del año -no sólo durante el verano- suele tener repercusiones en el precio -es más barato-, en los destinos -no está todo lleno y se puede elegir más- y en las aglomeraciones de gente.
Muchas opciones
Las opciones para viajar son prácticamente infinitas y los únicos límites -aparte del dinero, por supuesto- serán las condiciones de cada persona:
- Viajes organizados. Suelen ser la opción más demandada, ya que de esta forma la persona no debe preocuparse prácticamente de nada. Sólo de disfrutar de las excursiones y visitas. Además, los grupos de viaje suelen ser un buen momento para realizar alguna amistad. Sin embargo, quizá no sea la mejor elección en caso de personas que todavía se sientan suficientemente independientes y prefieran viajar sin tanta gente.
- Cruceros. Como los viajes organizados, los cruceros aportan la tranquilidad de no tener que preocuparse de nada. Ni siquiera hacer la maleta entre una ciudad y otra, ya que los efectos personales se quedan a bordo. Además de las excursiones programadas en cada parada, los cruceros suelen disponer de actividades dentro del barco adaptadas a todo el mundo.
- Escapadas temáticas. El hecho de no ceñir los viajes sólo a la época estival permite plantearnos la opción de hacer durante todo el año escapadas con excusas diversas. Algunos prefieren eventos culturales -conciertos, teatro, exposiciones y museos…- y otros se decantan por salidas gastronómicas. En cualquier caso, las opciones son variadas.
- Senderismo. Ser mayor no significa tener achaques físicos o psíquicos. Muy al contrario, hay muchísima gente que entra en la tercera edad prácticamente en condiciones excelentes. Y cada vez más. Por eso, si te gusta caminar por la montaña, no tienes por qué renunciar a ello. De hecho, el senderismo es una de las mejores opciones porque combina el hecho de viajar con las ventajas de pisar la naturaleza.
Dentro de cada opción, las posibilidades son también múltiples. Podemos optar por cruceros fluviales en vez de marítimos; o seleccionar una ruta por centros balnearios; o buscar relajarnos en zonas rurales de España sin aglomeraciones; o disfrutar de las capitales centroeuropeas más espectaculares y dinámicas…
Alojamiento y seguro
Un punto importante que sí es necesario tener en cuenta es del alojamiento. Hay que fijarse bien en que sea el adecuado a nuestras capacidades físicas y que cuente con los servicios que podamos necesitar. Por ejemplo, existen hoteles que disponen de servicio médico las 24 horas para poder intervenir ante cualquier indisposición. Asimismo, los seguros de viaje con coberturas sanitarias son muy recomendables, porque son la garantía de que cualquier imprevisto no se convertirá en una pesadilla. Todos los asegurados de Atlántida tienen incluido en su póliza un seguro de viaje con todas las coberturas que puedan necesitar.