Ir de vacaciones con los abuelos puede ser una experiencia maravillosa y enriquecedora para toda la familia. Pero es importante tener en cuenta varias consideraciones tanto antes de marchar como cuando ya estás en el destino, para adaptar las actividades a las necesidades de las personas mayores: planificarlo bien, buscar el mejor método de transporte, el alojamiento más adecuado y cómo disfrutar de actividades y excursiones inclusivas.
Por lo que respecta a la planificación, a la hora de preparar el viaje es importante tener en cuenta las necesidades y preferencias de los abuelos. Habla con ellos para conocer sus deseos y limitaciones. Pregúntale sobre el tipo de destino que les gustaría visitar y qué actividades les interesarían más. Esto te ayudará a elegir un destino que sea adecuado para todos.
Transporte y alojamiento adaptado
Asegúrate de elegir un transporte que sea accesible y cómodo para los abuelos. Si viajáis en avión, investiga las opciones de transporte aeroportuario adaptado y prevé el tiempo suficiente para realizar los traslados. A menudo la velocidad de los abuelos no es la misma que la nuestra a la hora de desplazarse. Si optáis por un viaje en coche, asegúrate de que haya espacio suficiente para el equipaje y que el vehículo sea cómodo para todos los pasajeros.
Y en lo que respecta al alojamiento, confirma que sea accesible para las personas con movilidad reducida u otras necesidades especiales. Pregunta sobre habitaciones adaptadas con instalaciones como barras para agarrarse a la ducha o un acceso fácil a la habitación. También puedes considerar alojaros en un hotel o complejo turístico que ofrezca servicios específicos para las personas mayores. Una buena opción son los llamados care hotels (hoteles de cuidados, en inglés) que están especializados en personas mayores y, entre los servicios que ofrecen, ponen a su disposición un equipo de profesionales sanitarios especializados en geriatría.
También es importante elegir actividades y excursiones disponibles en el destino que sean accesibles para las personas con movilidad reducida. Verifica si existen rampas o elevadores disponibles en atracciones turísticas, museos y lugares de interés. Sin descartar nada de entrada: por poner sólo un ejemplo, el museo del Louvre, en París, ofrece servicios especiales para personas con discapacidad, como recorridos adaptados y alquiler de silla de ruedas. Por tanto, hoy en día hay muchos destinos que ya tienen en cuenta las necesidades de los diferentes tipos de personas.
Una vez en el destino
Una vez en el lugar de destino, recuerda mantener una comunicación abierta con los abuelos y estad atentos a sus necesidades. La principal cuestión es adaptarse a sus limitaciones para conseguir que las vacaciones sean satisfactorias para todos. Planifica pausas regulares durante las excursiones para permitir que descansen y se recuperen.
Y asegúrate también de tener a mano todos los medicamentos y documentos importantes relacionados con su salud. Igualmente, hay que tener presente dónde están los centros médicos más cercanos por si se da el caso de que los necesiten.