El envejecimiento paulatino de la población mundial es una tendencia que se está acelerando en los últimos años, debido a varios factores: bajas tasas de natalidad, alargamiento de la esperanza de vida, mejoras higiénicas y sanitarias… Este cambio demográfico imparable ya ha llevado a muchas instituciones, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), a declararlo como el reto principal que el mundo debe afrontar en el presente y en los próximos años.
Pero el envejecimiento no se produce en todas partes de la misma forma y se concentra sobre todo en las sociedades llamadas desarrolladas y, más específicamente, en Europa. Estos son los 10 países más envejecidos del mundo, según datos de hace un par de años:
Todos ellos de Europa, excepto dos representantes de Asia. En el extremo opuesto, se sitúan varios países africanos, que tienen pirámides de población mucho más jóvenes, debido sobre todo a tasas de natalidad altas, que multiplican por cuatro y por cinco las de los países más envejecidos.
Según varios análisis, España se convertirá seguramente en pocos años en el país más envejecido del mundo, seguido de Italia. La tasa de natalidad en nuestro país es tan baja que ni siquiera garantiza lo que se llama recambio generacional. Para ello, el número de hijos por mujer debería situarse en un mínimo de 2,1 y ahora apenas supera el 1.
1.500 millones de mayores de 65 años
En las proyecciones que se realizan a 30 años vista, esta tendencia al envejecimiento se mantendrá y comportará que en 2050 la población mundial de 65 o más años supere los 1.500 millones de personas. Actualmente, son alrededor de 800 millones. Esto significa que los mayores de 65 años supondrán una tercera parte de la población mundial, con todo lo que esto conlleva.
La pirámide demográfica tiene un fuerte impacto en el desarrollo económico, el trabajo, la distribución de la renta y las protecciones sociales. No es lo mismo garantizar, por ejemplo, pensiones de jubilación universales si los trabajadores en activo superan a los jubilados que si es al revés.
En paralelo a estas tendencias, la población mundial sigue aumentando: ahora ya hay más de 8.000 millones de personas en el planeta y la Organización de Naciones Unidas (ONU) calcula que en 2050 habrá alrededor de 10.000. Esto supone un reto enorme para garantizar los recursos necesarios (agua, alimentos, energía, medicamentos…) a toda esta población, y más en un escenario de cambio climático global. Esto puede multiplicar las migraciones.