Envejecer en casa todo el tiempo que sea posible. Ésta, como es normal, es la opción preferida por la inmensa mayoría de las personas y así lo corroboran muchos estudios, entre ellos el Informe Mayores UDP, de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España. Pero lo asombroso de este barómetro es que en el segundo lugar de las preferencias está el cohousing, una alternativa que se está abriendo paso en los últimos años.
El cohousing es, resumiendo mucho, un sistema de vivienda en propiedad que, en régimen de cooperativa, gestiona las zonas y servicios comunes. Y ahí las posibilidades son casi infinitas y adaptables a las necesidades de los residentes. Es un modelo que nació en Dinamarca en la década de los 60 del siglo XX y que se fue implantando, primero, por los países nórdicos y después por toda Europa. Aquí todavía está en desarrollo, pero ya es la segunda opción más deseada para envejecer. Esto significa que quienes lo han probado no se arrepienten, al contrario.
Pisos más pequeños, gastos más bajos
El principio del cohousing es simple: mantener la intimidad en una vivienda propia y compartir espacios comunes para repartir gastos. Esto se traduce en pisos algo más pequeños, a menudo sin comedor pero sin sacrificar nada de lo esencial, y unas zonas comunes en las que se concentran los servicios: cocina, comedor, jardines, lavadora, piscina, limpieza… Con ello, los gastos resultan más baratos que si cada piso tuviera todos estos servicios integrados.
Con el cohousing, se preserva la intimidad de cada uno, pero también es cierto que no a todo el mundo le gusta tener que compartir espacios comunes. Además, es un sistema que requiere participar de forma activa en la gestión de las propiedades y esto puede ser un freno para determinadas personas. Pero la proliferación de proyectos de este estilo, con sistemas de gestión adaptables a cada necesidad, puede cambiar mentalidades, porque aporta beneficios destacables.
Combatir la soledad
Más allá de la cuestión económica, uno de los principales beneficios del cohousing es que es un buen antídoto contra la soledad. En España, cerca de 5 millones de personas viven solas y, de éstas, la mitad tienen 65 años o más. Dicho de otro modo, 2,5 millones de personas mayores se sienten solas: son el 40% de los mayores de 65 años.
Esta soledad no deseada, según muchos estudios, es ya un grave riesgo de salud pública y amenaza con convertirse en epidemia. El aislamiento aumenta de forma significativa el riesgo de morir por cualquier causa y se asocia a los incrementos de las demencias, la depresión, la ansiedad y el suicidio. Vivir en un entorno colaborativo, activo y con personas con las que compartes afinidades y actividades, como el cohousing, puede contribuir a que la vejez sea más interesante.