“Adaptamos el día a día de cada persona escuchando sus necesidades”
Sociable y muy generosa, Patricia Quinson es la relaciones públicas de las residencias Atlàntida. Se muestra contenta de formar parte de un equipo que es mucho más que eso: es una gran familia que ofrece una gestión integral de calidad a todos los residentes.
- ¿Cómo conseguís que la transición del hogar a una residencia no sea un cambio muy brusco y, por el contrario, sea lo más cómoda para todos?
La verdad es que partimos de una necesidad. Generalmente, las personas que vienen a nuestras residencias es porque –por la razón que sea– no pueden o quieren estar en sus casas. Lo más importante, sin duda, es escuchar lo que necesitan. Sus preferencias, necesidades, prioridades, etc.
El hecho de ingresar en una residencia no quiere decir que esa persona tenga que cambiar en nada. Aquí, todo aquel que viene a vivir con nosotros mantiene su esencia. Paralelamente, a las familias se les ofrece precisamente esto: el hecho de que su familiar va a estar atendido teniendo en cuenta sus necesidades y manteniendo su manera de ser y de hacer.
- ¿Cuál crees que es el valor diferencial que ofrecen Grupo Atlàntida y sus centros residenciales?
En las residencias de Grupo Atlàntida brindamos servicios completos a nuestros residentes. La persona es el centro de nuestra labor y, junto con la excelencia en el cuidado, resultado de casi cien años de trayectoria del Grupo Atlàntida, constituyen la característica distintiva de nuestras residencias: Mas d’Anglí, Mas Piteu y Maragall.
Por ello, hemos alcanzado el concepto de gestión integral de calidad desde un enfoque interdisciplinario, cumpliendo con todas las necesidades y expectativas de nuestros usuarios y sus familiares.
- Las residencias de Grupo Atlàntida ofrecen servicios integrales a sus residentes. ¿Cuáles son los que más aprecian los familiares y los usuarios?
Los servicios más apreciados siempre dependen de la necesidad de la persona residente. Partiendo de la atención personalizada, son muy valorados los servicios de rehabilitación, así como el soporte social y psicológico.
Se da mucha importancia a todo el equipo de profesionales (especialmente auxiliares de geriatría que ayudan en todas sus actividades de la vida diaria). Los vínculos que se establecen entre ellos y, en general, con todo el equipo que está en contacto con las personas residentes, son fundamentales para su confort y estabilidad emocional.
Los y las residentes son atendidos siempre por las dos mismas personas, de manera que el vínculo se crea relativamente rápido, y de esta manera se conocen todas las particularidades de la vida diaria de cada persona.
- ¿Cómo han cambiado estas tendencias en la última década?
Hace diez años, existía en el imaginario el concepto de canguro. Hoy en día, la demanda es más exigente y se llevan a cabo muchas otras iniciativas, como la rehabilitación individual, los talleres de memoria, las terapias y actividades de todo tipo… Todo con la finalidad de ejercitar cuerpo y mente.
El trabajo cognitivo que realiza el equipo de terapeutas es muy importante hoy en día, una tarea clave para la ayuda de la preservación de las capacidades cognitivas de las personas residentes y mejorar su calidad de vida.
- En este sentido, hay muchas novedades, como el cuidado de huertos o la musicoterapia, ¿pero qué otras actividades o servicios están liderando esta transformación de vuestros centros residenciales?
En Atlàntida Residencias tenemos huertos, sesiones de musicoterapia y de terapia canina, y nos vamos renovando y adaptando a las necesidades de las personas que viven con nosotros. Y es que también nuestros residentes proponen lo que les gustaría que les ofreciéramos.
- ¿Hasta qué punto es vital y cómo se asegura que los empleados defiendan este nuevo concepto más humanista de las residencias?
Es clave que los trabajadores estén contentos. Esto implica que tengan más herramientas para trabajar. Es muy importante hacer equipo porque, al final, nosotros también somos como una familia.
- Se han demostrado los grandes beneficios que tiene impulsar las relaciones personales y el ocio en las personas mayores. ¿Qué ofrecen vuestros centros residenciales para garantizar un espacio lleno de buenos momentos?
Atlàntida Residencias, además de tener las instalaciones idóneas para poder impartir todas las actividades, como gimnasio, sala actividades, biblioteca o sala informática, dispone de los profesionales adecuados para cada una de ellas.
Además, facilitamos que se relacionen, por ejemplo, en el comedor. En este espacio diseñamos la mesa según afinidades, y nuestro personal ayuda a la interacción entre las personas residentes.
- Finalmente, más allá de los residentes, el papel de los familiares también ha cambiado mucho. ¿Qué tipo de relación establecen con las personas acompañantes o seres queridos?
La relación con las familias es esencial. Ellos nos aportan toda la información de la persona residente, su historia de vida y sus necesidades. La comunicación debe ser fluida y constante. Entendemos que el ingreso de una persona en la residencia es un momento muy delicado y puede suponer un cambio trascendental en la vida de toda la unidad familiar. Por eso, en Atlàntida también ponemos el foco en el impacto emocional que puede tener.